Resumen de noticias de la mañana – miércoles, 25 de junio de 2025
Resumen de noticias de la mañana – miércoles, 25 de junio de 2025
Desde el último parte informativo, la nueva avalancha de reportes y análisis deja patente el drama cotidiano que se vive en la isla, donde ni la dolarización ha conseguido blindar los bolsillos ante el colapso de los servicios. Paralelamente, el régimen multiplica operaciones cosméticas: anuncia reformas laborales que eluden toda mención de derechos reales, permite la entrada de empresas extranjeras bajo un control feroz, y continúa con una narrativa de modernización cada vez más alejada de la vida real de los cubanos. Todo esto ocurre mientras aumentan las denuncias de violencia, impunidad y crisis migratoria, y sale a relucir, una vez más, el contraste lacerante entre la propaganda oficial y la cruda realidad.
Entre los temas de mayor peso, destaca el incontenible impacto de los apagones, que ya no discriminan moneda: en Matanzas, comercios enclavados en el circuito privilegiado del dólar ven paralizada toda actividad, constatando la inutilidad de los “incentivos” del régimen frente al colapso estructural. La dolarización, lejos de proteger al consumidor o dinamizar la economía interna, revela su carácter superficial y revela la desigualdad del experimento. En paralelo, ETECSA enfrenta una rebelión inusual dentro de la Universidad de La Habana, donde cinco facultades se han sumado para pedir la destitución de dirigentes estudiantiles, cansados del incumplimiento y la dejadez de la telefónica estatal, que sigue culpando al embargo mientras miles de cubanos llevan más de medio año sin servicio fijo.
El discurso de apertura y modernización continúa siendo una cortina de humo. Las nuevas autorizaciones a empresas extranjeras, incluyendo una de Florida y otra estadounidense enfocada en actividades comerciales diversas, llegan bajo condiciones asfixiantes y sin poder efectivo. Los anuncios oficiales, centrados en el registro de firmas extranjeras, omiten que el control férreo del comercio y la total opacidad normativa convierten estas iniciativas en meras operaciones cosméticas sin impacto en los derechos ni en la economía popular. Simultáneamente, el próximo Código de Trabajo, presentado como “moderno”, blinda la tutela estatal sobre los sindicatos y prohíbe el derecho a huelga, traicionando acuerdos internacionales y perpetuando una represión sutil, aunque encubierta bajo discursos renovadores.
En materia social, dos imágenes se superponen con crudeza: la Cuba de las mansiones reconvertidas para la élite o el sector turístico versus la de la mayoría, condenada a casas de zinc y condiciones de insalubridad, recordando que la promesa de igualdad social que enarboló el castrismo se derrumbó hace tiempo. Mientras tanto, la violencia de género cobra un nuevo rostro con el intento de feminicidio en Cárdenas, y se suma a la tragedia de los migrantes cubanos desaparecidos en Chiapas, cuya investigación ni siquiera mereció el compromiso del gobierno mexicano. Todo esto ocurre bajo el telón de fondo de una sociedad que cocina al aire libre, literalmente a oscuras, y que —a diferencia de los grandes titulares turísticos sobre la “zona Schengen” latinoamericana promovida por el oficialismo— no ve futuro ni promesa real en las reformas de La Habana.
¿Hasta cuándo soportará el pueblo cubano el peso de unas “modernizaciones” que, por mucho que cambien de nombre o de logo, siguen encerrando en las mismas cuatro paredes el derecho a vivir dignamente?